En mis pinturas, encuentro una conexión profunda entre la espiritualidad y la feminidad. Cada pincelada es un reconocimiento de la divinidad interior que habita en todas las mujeres. Estas obras no son simplemente imágenes para contemplar, son un viaje personal hacia sanación de género. A través de la pintura, celebro y exploro la feminidad, su poder y su conexión en todas sus formas.